¿Por qué los psicólogos no pueden atender familia y amigos?

¿Por qué los psicólogos no atienden a familiares o amigos?

En la clínica, muchas veces nos preguntan: ”¿Podés atender a mi hermana?”, ”¿Le harías unas sesiones a mi pareja?” o ”¿Podés ser mi terapeuta?”. Es una pregunta comprensible. Cuando alguien confía en nosotros como profesionales, también quiere esa ayuda para las personas que quiere.

Pero hay algo que no se negocia en nuestro trabajo: la ética del vínculo terapéutico. Y eso implica, entre otras cosas, no trabajar con personas con quienes tenemos una relación afectiva previa.

¿Qué se pone en juego en una terapia?

Ir a terapia no es solo “charlar” ni “buscar consejos”. Es abrir un espacio donde pueden aparecer:

  • Recuerdos que duelen
  • Conflictos que no se habían dicho en voz alta
  • Dudas sobre vínculos pasados o presentes
  • Angustias, deseos y pensamientos que necesitan ser escuchados sin juicio

Ese espacio solo funciona si hay una cierta distancia. No emocional, sino profesional. Y eso no es posible cuando ya existe una historia personal con el paciente.

¿Qué pasa si el psicólogo es alguien cercano?

Aunque el psicólogo sea el más ético y formado, el vínculo previo inevitablemente se cuela en la terapia. Por ejemplo:

  • Ya conoce parte de la historia de la persona
  • Puede tener una opinión sobre su vida o sus decisiones
  • Puede sentir la necesidad de cuidar o proteger
  • Puede sentirse afectado por lo que escucha

Y todo eso interfiere en algo fundamental: la libertad del paciente para decir lo que siente sin filtro.

Desde una mirada psicoanalítica

En el psicoanálisis, se cuida especialmente este encuadre. No porque seamos fríos o distantes, sino porque:

El terapeuta no debe ocupar ningún otro rol que no sea el de analista.

Si alguien nos conoce como amigo, hermano o pareja, ya no somos “solo” un analista. Y en ese caso, lo más ético y lo más cuidado es no ocupar ese lugar.

¿Y entonces, qué hacemos como clínica?

Desde nuestra experiencia en ClinicaPsicologica.uy, lo que hacemos en estos casos es:

  • Escuchar la situación
  • No involucrarnos directamente como terapeutas
  • Derivar a otro profesional del equipo, con total confianza
  • Garantizar que la persona reciba la atención adecuada y sin interferencias

Así cuidamos a quien consulta, y también el sentido profundo de la terapia.

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