En psicoterapia pueden aparecer sentimientos muy intensos. A veces, uno de ellos es el enamoramiento hacia el/la psicólogo/a. No es un tema menor, y muchas personas se preguntan si es normal, si significa algo malo, o incluso si deberían abandonar la terapia.
En este artículo quiero compartir una mirada profesional sobre lo que ocurre cuando aparece este tipo de vínculo, qué hacer en esos casos y cómo manejarlo de la mejor manera posible para seguir aprovechando el proceso terapéutico.
Contenidos
¿Es normal enamorarse de mi psicólogo/a?
Sí, es más frecuente de lo que pensamos. La terapia es un espacio único: allí se da un encuentro íntimo, confidencial y seguro. Uno se siente escuchado, comprendido y muchas veces valorado como no sucede en otros ámbitos de la vida cotidiana.
Ese clima puede despertar sentimientos afectivos intensos que incluyen admiración, cariño, atracción o directamente enamoramiento.
En psicología llamamos a esto transferencia, y forma parte del proceso terapéutico. La transferencia no es algo “enfermo” ni “equivocado”, sino una manera en la que el paciente deposita sentimientos y deseos en la figura del terapeuta.
La transferencia erótica, como la denominó Freud, describe la situación en la que, dentro del psicoanálisis, el paciente dirige hacia su analista sentimientos de amor o atracción que en verdad corresponden a la repetición de emociones infantiles vinculadas a figuras significativas de su historia.
¿Qué hago si siento atracción por mi psicólogo/a?
Lo más recomendable es hablarlo directamente en la sesión. Puede parecer incómodo, pero la terapia justamente está para trabajar lo que sentimos, incluso cuando se trata del propio terapeuta.
El hecho de poder decirlo suele abrir un camino muy valioso para entender cómo nos relacionamos, qué buscamos en el otro y de dónde surgen esos deseos.
Al expresarlo, el psicólogo/a no va a juzgar ni a rechazar al paciente, sino que usará esa información para seguir trabajando. Muchas veces, detrás de ese enamoramiento hay aspectos más profundos de la historia personal que merecen ser elaborados.
¿Debo dejar la terapia si me enamoro de mi psicólogo/a?
En la mayoría de los casos no es necesario dejar la terapia.
Al contrario, ese sentimiento puede convertirse en un material muy importante para el análisis. Interrumpir el proceso en ese momento podría significar perder una oportunidad de entender mejor lo que pasa por dentro.
Sin embargo, en algunos casos concretos, si la situación se vuelve insoportable para el paciente o interfiere demasiado con el trabajo, puede evaluarse un cambio de profesional. Esa decisión conviene tomarla siempre conversándola en sesión.
¿El psicólogo/a puede enamorarse también?
Un/a psicólogo/a está entrenado para mantener una postura profesional. El encuadre de la terapia establece reglas claras: neutralidad, respeto, confidencialidad y la imposibilidad de tener un vínculo amoroso o sexual con el/la paciente.
Si llegara a ocurrir que el/la terapeuta cruza esos límites, se trata de una falta ética grave. En ese caso, lo recomendable es cortar la terapia y buscar otro profesional.
¿Qué significa realmente este enamoramiento?
En general, no se trata de un enamoramiento “real” en el sentido cotidiano. Lo que suele ocurrir es que el/la paciente proyecta en el psicólogo/a ciertas necesidades, carencias afectivas o modelos de relación que están activos en su vida.
Ese “enamoramiento” nos habla más de la propia historia emocional de quien consulta que de la persona del terapeuta en sí.
Por eso es un material tan rico: puede abrir preguntas como:
- ¿Qué busco en mis vínculos afectivos?
- ¿Qué necesito que me cuiden o reconozcan?
- ¿Cómo me relaciono con las figuras de autoridad o cuidado?
Preguntas frecuentes
1. ¿Le puedo decir a mi psicólogo/a que estoy enamorado/a?
Sí. De hecho, es lo más sano. Ponerlo en palabras ayuda a procesar lo que pasa y no cargarlo en silencio.
2. ¿Y si me da vergüenza?
Es normal sentir vergüenza, pero recordá que en terapia no hay juicios. El psicólogo/a está preparado para escuchar y trabajar con esas emociones.
3. ¿Quiere decir que realmente estoy enamorado/a?
No necesariamente. Más que un enamoramiento concreto, se trata de un fenómeno transferencial. Aunque la sensación es real, lo importante es lo que representa en tu vida.
4. ¿Puedo tener una relación fuera de la terapia?
No. La ética profesional impide que un psicólogo/a tenga una relación amorosa o sexual con un paciente. Eso rompería el marco de la terapia y sería dañino para el proceso.
5. ¿Puedo cambiar de terapeuta?
Sí, pero antes de decidirlo conviene hablarlo en la sesión. Muchas veces, trabajar ese sentimiento dentro de la misma terapia es lo que permite avanzar.
Conclusión
Enamorarse de un/a psicólogo/a no significa que haya algo malo en vos ni que la terapia no funcione. Al contrario, es parte de un proceso donde se ponen en juego emociones profundas.
Lo mejor que podés hacer es animarte a hablarlo abiertamente con tu terapeuta. Esa conversación puede transformarse en una oportunidad única de crecimiento y autoconocimiento.