Violencia en la Pareja: Comprender, Detectar y Acompañar
La violencia en la pareja es un fenómeno complejo, doloroso y, lamentablemente, bastante frecuente. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud estima que una de cada tres mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de su pareja íntima o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.
En la Unión Europea, aproximadamente el 33% de las mujeres han sido víctimas de violencia de género, lo que subraya la magnitud del problema en la región. Puedes consultar estas cifras en estadísticas publicadas por The Guardian. Además, en Estados Unidos, más de 12 millones de personas son víctimas de violencia por parte de su pareja cada año, según datos del CDC.
Estas cifras reflejan la creciente conciencia sobre la necesidad de abordar este tema, comprenderlo en profundidad y generar espacios de escucha y acompañamiento para quienes lo atraviesan.
Este artículo tiene como objetivo ofrecer una mirada clínica y cercana sobre la violencia en los vínculos de pareja, sin caer en dramatismos ni simplificaciones. Desde la psicología, se puede aportar una comprensión que ayude tanto a quienes la padecen como a quienes acompañan estos procesos, ya sea desde lo profesional o desde los vínculos cotidianos.
Contenidos
¿Qué es la violencia en la pareja?
La violencia en la pareja no se limita al daño físico. De hecho, muchas veces comienza con formas sutiles de control, manipulación o humillación, que no siempre son fáciles de reconocer. Es fundamental entender que la violencia puede tomar distintas formas:
- Violencia psicológica: Incluye insultos, amenazas, desvalorizaciones, aislamiento, celos excesivos y todo tipo de conducta que degrade emocionalmente a la otra persona.
- Violencia física: Golpes, empujones, agarrones, o cualquier acto que cause daño corporal.
- Violencia sexual: Obligar o presionar a la pareja a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento.
- Violencia económica: Control de los ingresos, impedir que la persona trabaje, o usar el dinero como herramienta de dominación.
Estas formas de violencia no aparecen de forma aislada. Suelen combinarse y generar un clima emocional donde la víctima se va debilitando, dudando de sí misma y perdiendo la posibilidad de ponerle palabras a lo que le pasa.
Ciclo de la violencia
Una forma útil de pensar la violencia en la pareja es a través del llamado «ciclo de la violencia». Este modelo describe cómo, en muchos casos, la violencia se repite en una secuencia que se retroalimenta:
- Tensión creciente: Aparecen discusiones, malestar, hostilidad. La víctima siente que debe cuidarse para no «provocar» a su pareja.
- Episodio de violencia: Se produce la agresión (psicológica, física, etc.).
- Luna de miel: El agresor pide perdón, promete cambiar, se muestra amoroso o arrepentido. Esto genera confusión en la víctima y muchas veces la esperanza de que la situación va a mejorar.
Este ciclo puede repetirse muchas veces, y con el tiempo, el período de luna de miel suele acortarse o desaparecer. La víctima puede sentirse cada vez más atrapada.
¿Por qué es tan difícil salir de una relación violenta?
Desde afuera, muchas personas se preguntan por qué alguien permanece en una relación donde hay violencia. La respuesta no es sencilla, y en la mayoría de los casos, no tiene que ver con una falta de voluntad o de carácter. Algunas razones frecuentes son:
- Dependencia emocional: La víctima puede seguir sintiendo afecto, esperanza o culpa.
- Miedo: A represalias, a estar sola, a no poder salir adelante económicamente.
- Normalización: Muchas personas crecieron en entornos donde ciertas formas de violencia eran habituales, y por tanto no las identifican como tales.
- Aislamiento: El agresor puede haber alejado a la víctima de su red de apoyo (amigos, familia, etc.).
La intervención psicológica no debe juzgar ni presionar, sino ayudar a que la persona pueda recuperar su voz, poner en palabras lo que siente y encontrar un camino propio.
Señales de alerta
Identificar a tiempo las señales de una relación violenta puede marcar una gran diferencia. Algunas conductas a observar incluyen:
- Control sobre con quién se habla o a dónde se va.
- Revisar el celular o las redes sociales.
- Hacer sentir culpa por cosas que no son responsabilidad de la víctima.
- Descalificaciones constantes.
- Minimizar los logros o decisiones de la otra persona.
Estas señales suelen ir aumentando en frecuencia e intensidad. Estar atento/a a ellas es clave para prevenir situaciones más graves.
¿Cómo acompañar a alguien que está en una relación violenta?
No siempre es fácil acompañar a alguien que está en una relación de este tipo. Muchas veces, quien escucha se desespera o se frustra. Sin embargo, hay algunas actitudes que pueden ayudar más que otras:
- Escuchar sin juzgar.
- Evitar frases como “¿por qué no lo/a dejás?” que pueden generar más culpa o cierre.
- Ofrecerse como apoyo constante, sin presionar.
- Informar sobre recursos disponibles, como líneas telefónicas o espacios de atención psicológica.
- Recordar que salir de una relación violenta es un proceso, no un evento puntual.
- Sugerir comenzar un proceso de psicoterapia para analizar la situación con un profesional de la salud mental.
La importancia del trabajo terapéutico
El espacio terapéutico ofrece un lugar seguro donde comenzar a entender lo vivido, recuperar la autoestima y procesar el dolor. No se trata solo de «salir» de la relación, sino de reconstruir el sentido de sí mismo/a que muchas veces se pierde en estos vínculos.
Desde el psicoanálisis, por ejemplo, se busca que la persona pueda poner en palabras lo que le pasa, entender cómo ciertos mandatos o experiencias previas pudieron influir en sus elecciones afectivas, y construir nuevos modos de vincularse.
En muchos casos, el primer paso es poder decir en voz alta: «esto no me hace bien». A partir de allí, comienza un camino que puede ser difícil, pero también profundamente reparador.
Cuando hay hijos en común
Cuando hay hijos en una relación donde existe violencia, la situación se vuelve aún más delicada. Es fundamental priorizar el bienestar de los niños y niñas, que muchas veces también sufren directa o indirectamente las consecuencias de un vínculo violento.
El trabajo terapéutico en estos casos puede incluir intervenciones familiares, o bien un acompañamiento individual para los adultos que permita repensar el lugar que ocupa cada uno en la dinámica familiar. La protección de los menores debe estar siempre en el centro.
Recursos disponibles en Uruguay
En nuestro país existen diversas instituciones y líneas de apoyo para personas que atraviesan situaciones de violencia en la pareja:
- Servicio de orientación telefónica a mujeres en situación de violencia doméstica:
Línea 0800 4141 o 4141 desde el celular: atención 24 horas, gratuita y confidencial. - Inmujeres (MIDES): cuenta con programas de atención, refugios y asistencia integral.
- Centros de atención psicológica pública y privada.
- Ley N19529 de Salud Mental en Uruguay
- Servicios de orientación jurídica gratuita.
- Violentómetro: Test de Violencia en la Pareja
Contar con información y saber que no se está solo/a es clave para comenzar a salir de la situación.
Palabras finales
La violencia en la pareja no siempre se ve. A veces se esconde detrás de gestos cotidianos, frases sutiles o silencios que pesan. Pero tiene efectos concretos en la vida y en la salud mental de quien la vive.
Desde la psicología, el desafío es acompañar sin imponer, escuchar sin juzgar, y ofrecer un espacio donde se pueda volver a elegir desde el deseo propio. Reconocer lo que no nos hace bien es el primer paso para poder construir relaciones más sanas y respetuosas.
Si sentís que algo no está bien en tu relación, o si alguien cercano está atravesando una situación de violencia, buscá apoyo. Hay caminos posibles, y no estás solo/a.
Puntos Clave para recordar:
- La violencia en la pareja puede ser psicológica, física, sexual o económica.
- No siempre es evidente, y suele instalarse de forma progresiva.
- Salir de una relación violenta es un proceso, no un acto único.
- El acompañamiento profesional puede ser clave para iniciar ese camino.
- En Uruguay existen recursos gratuitos y confidenciales para buscar ayuda.
¿Necesitás apoyo psicológico?
En ClinicaPsicologica.uy ofrecemos un espacio de escucha y acompañamiento para quienes atraviesan situaciones difíciles en sus vínculos.